Medalla
«El hombre mundano no capta las cosas del Espíritu de Dios. Carecen de sentido para él y no puede entenderlas, porque solo a la luz del Espíritu pueden ser discernidas».
1 Corintios 2, 14
La Imagen
Te muestras Madre querida, radiante y llena de esplendor. Tu manto representa la pureza, virtud excelsa con la que Dios te ha premiado. Tu sonrisa, refleja la expresión dichosa de quien se acoge con amor y libertad a la voluntad divina. Tus brazos abiertos, en signo de alabanza, acompañan la alegría de acoger la voluntad del Padre. Tu hijo Jesús, cercano a tu regazo, nos muestra la confianza que en Ti depositamos como nuestra madre celestial y modelo de discernimiento, para acercarnos más a Él y al Padre. Tu pie y el de Tu hijo, aplastan con fuerza la cabeza de la serpiente, el mal espíritu que nos conduce al pecado y tuerce nuestro deseo de Dios. A Tus pies, Madre bondadosa, se muestra un camino que se pierde en el horizonte, este camino es nuestra vida; ayúdanos pues, como lo hiciste Tú, a ponernos en marcha, para que nuestra vida no sea infecunda, para que en aquel horizonte encontremos la razón de nuestra vida, -encontrarnos con Dios.
Nuestra Señora del Discernimiento, Tú vas caminando, con las palmas de Tus manos enfrente, guardando una postura de equilibrio, de discernimiento, de no tener miedo. Tu postura nos indica que debemos hacer un pare en nuestras vidas para llenarnos de valor ante las adversidades y enfrentar con tenacidad, como Tú lo hiciste en los momentos de más dura prueba, las adversidades que nos hacen perder el camino y oscurecen nuestro horizonte.
Nuestra Señora Del Discernimiento, es una líder innata para el tiempo actual; es Ella quien, desde su bajo perfil, amoroso, observador y reflexivo, discierne y aporta una oportunidad a la humanidad herida y desconcertada por el dolor del sin sentido de Dios. Fue Ella quien convocó a la primera iglesia y la alentó a seguir unida a pesar de la oscuridad y de las adversidades. Es Ella quien hoy acude a nosotros y nos quiere iluminar, como un faro, en la incertidumbre humana actual. María es el Faro luminoso de la Iglesia.
María es el Faro luminoso de la Iglesia.
23° Congreso Mariológico Internacional. 9 de septiembre de 2012.
El Papa Benedicto XVI señaló que la Madre del Salvador es el faro luminoso de la Iglesia de donde los cristianos pueden tomar el entusiasmo y la alegría para vivir una vida cristiana coherente.
“La fe de María nos precede y acompaña como faro luminoso y como modelo de plenitud y madurez cristiana, a quien mirar con confianza y de la cual poder tomar el entusiasmo y la alegría, para vivir con un compromiso cada vez mayor y con coherencia, nuestra vocación de hijos de Dios, hermanos en Cristo, miembros vivos de su Cuerpo que es la Iglesia”.
Pídele a la Santísima Virgen que sea tu guía: que sea la estrella, el faro que luzca en medio de las tinieblas de la vida. Santa Teresa de los Andes.
Significado de los ojos de la virgen del Discernimiento.
Sus maternales y misericordiosos ojos son receptores de las miradas agradecidas y suplicantes de Sus hijos, a la vez que emisoras de amor y auxilio maternal.
“Sus ojos son faros luminosos que alumbran nuestros caminos”. -Papa Francisco.
María, mirada atenta al sufrimiento de Sus hijos, danos ojos y corazones nuevos para la compasión. María, faro luminoso en todos los caminos, guía nuestros pasos hacia Jesús. María, experiencia gozosa de Jesús, dibuja en nuestras vidas el Evangelio.
Las 7 llamas de fuego sobre la cabeza de Nuestra Señora del Discernimiento simbolizan la iluminación de las conciencias – un nuevo Nacimiento en Dios. Él Espíritu Santo con sus 7 dones nos dan la gracia de tener Discernimiento, equilibrio, y disponibilidad para adentrarnos a nuestro interior y aceptar la luz de un nuevo comienzo de conversión. María santísima es la exportadora de la luz por excelencia para regir los actos del Espíritu Santo sobre sus hijos. Es el comienzo de una Nueva Era de luz, dónde nuestras conciencias son purificadas por el fuego del Santo espíritu de Dios, caminando de la mano de la Buena Madre del Discernimiento.
El color blanco en la aureola simboliza, la nueva Criatura en Cristo, la pureza del corazón adquirida por la iluminación de la Conciencia sobre nuestra condición de pecado. Es el nacimiento a la eternidad, que, por el cambio de Mentalidad efectuado por El Espíritu Santo, anhelamos alcanzar el Reino de Dios. El requisito: el alma debe ser pura. María es la Plena de Gracia y el ejemplo, la guía y la mediación para seguir en Discernimiento. Quien Discierne es salvo.
El escapulario azul, que lleva Nuestra Señora del Discernimiento, representa el Manto con el que protege a Sus hijos, la distingue en el servicio a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de su castísimo Esposo, San José.
Es la armadura y escudo que nos da para que siempre actuemos con rectitud, y nos libre de las trampas del enemigo.
Su Escapulario nos mueve siempre por un ardiente deseo de vivir y morir debajo del Manto Azul de su pureza y virginidad.
Su túnica blanca simboliza nuestro Discernimiento, Pureza y Limpieza que debemos mantener en el alma para alcanzar el Reino de Dios. Simboliza el sacrificio, el amor que debemos hacer y tener para ser Santos y Puros de Corazón, y así, conseguir nuestra conversión interior en una búsqueda genuina de Dios.
Explicación del Faro
Este faro y este timón están muy estrechamente unidos a la Santísima Trinidad. ¡El capitán es el Espíritu Santo! Para obtener la presencia de Dios en nuestras vidas, el Espíritu Santo es quien nos indica el puerto al que nos dirigimos, pero también los caminos que encontraremos en la travesía. Es Él quien nos permite tomar el timón de nuestras vidas en silencio y oración. En la tormenta, la oscuridad o la niebla.
¡El faro es Jesús que con Su Santísima Madre! Son la luz que guían nuestro viaje con Sus palabras. Sus enseñanzas son un faro seguro para mantenernos en curso, luz poderosa que cruza la noche de nuestras vidas para proporcionarnos una dirección confiable para avanzar hacia el puerto.
El puerto es el Padre, origen de todo, hacia quien avanzamos y de quien partimos. En Él encontramos el acomodo donde descansar y tomar fuerzas. Es a Él a quien seremos felices de ver en la tarde de nuestro viaje de esta tierra. Es Él, por su Hijo Jesús quien nos ofrece los sacramentos que nos permiten sostener el mar de nuestras vidas y avanzar sin perdernos en medio de mares desenfrenados y vientos devoradores.
Con el Padre, Jesús, el Espíritu Santo y María, se puede uno embarcar con confianza.
Ese Faro luminoso es también la Iglesia Universal que al igual que Nuestra Señora del Discernimiento, podemos verla y dirigirnos a Ella, como a un faro de salud y amparo, en las tempestades de la vida.
Las 2 ventanas del faro, representan los 2 momentos principales de la vida de María, en las que el Espíritu Santo la asistió: la Anunciación y la Encarnación.
La luz principal, en la parte superior del faro, es el punto culmen del discernimiento de María. Ese discernimiento está en comunión con el Espíritu Santo y movido por Él. En la Anunciación y la Encarnación, en la que el Espíritu Santo participa de manera activa, María comprende que Su misión es ser la Madre del Hijo de Dios, y ese deseo está movido por la Voluntad Divina, no por su deseo personal. Esa es la clave del discernimiento.
Significado de la Puerta con la Cruz.
En la cruz está la salvación, en la cruz esta la vida, en la cruz está la defensa de los enemigos, en la cruz está la fortaleza del corazón, en la cruz está el gozo del espíritu, en la cruz está la suma virtud, en la cruz está la perfección de la santidad.
No está la salud del alma, ni la esperanza de la vida eterna, sino en la cruz.
Todo consiste en la cruz y todo está en morir en ella.
Y no hay otra vía para la vida y para la verdadera entrañable paz, sino la vía de la santa cruz y continua mortificación. Por eso hay que pasar por la cruz.
Ve donde quisieres, busca lo que quisieres, y no hallarás más alto camino en lo alto, ni más seguro en lo bajo, sino la vía de la santa cruz, la vía del discernimiento, que es el santo faro que ilumina nuestras vidas.
Dispón y ordena las cosas según tu querer y parecer, y no hallarás, sino que has de padecer algo, siempre hallarás la cruz.
Vuélvete arriba, vuélvete abajo, vuélvete fuera, vuélvete dentro, y en todo esto hallarás cruz. Es necesario que en todo lugar tengas paciencia, si quieres tener paz interior, y merecer perpetua corona. Busca la Madre del Discernimiento.
“La Cruz de Cristo es como un faro que indica el puerto a las naves que aún están en el mar tempestuoso. Es el signo de la esperanza que no decepciona y que nos dice que ni siquiera una lágrima, ni siquiera un lamento se pierden en el plan de salvación de Dios”. Papa Francisco
Explicación del Timón:
Las 7 manijas que forman el timón, representan las 3 virtudes Teologales y las 4 virtudes Cardinales.
María vivió en su vida esas virtudes.
Proyección de la imagen de la Virgen del Discernimiento
María presta atención a su vida interior. Discierne y vive el silencio.
María mira a Jesús que la sostiene… Se sorprende. Su Sonrisa y Su rostro son manantial que desbordan gracia: “El que cree en mí, de su interior manarán ríos de agua viva.” (Jn 7, 38-39)
Los ojos de Nuestra Madre del Discernimiento son grandes y de una mirada profunda. Su apacible vista refleja Seguridad y Equilibrio, fijando Su mirada en el más allá y en nosotros. María es, como su Hijo, contemplativa en la acción y activa en la contemplación. Presta atención a lo que nos hace daño y nos separa de Dios.
Esta persona puedes ser tú.
Acércate al Discernimiento.
Silencia tus ruidos.
Acaricia tus heridas con dulzura.
Entra dentro de ti mismo sin miedo.
Apártate del mal, destruye las tentaciones.
Nuestra Señora del Discernimiento nos pide seamos equilibrio, guardemos silencio y vivamos en total Discernimiento porque quien habla es Jesús. Así, el Discernimiento y el Equilibrio nos dan la prontitud de levantar las manos y evitar el mal.