Novena a la Corona de Espinas de Jesús

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Siempre necesitamos darnos una oportunidad para  cambiar nuestra mentalidad, volver a nuestro centro y encontrarnos con Dios.

Introducción

Esta novena a la Sagrada Corona de Espinas de Jesús  se presenta como una herramienta espiritual que lleva a la introspección personal, a un cambio, a una transformación mental y espiritual  de vida  para acercarse mas a Dios, siguiendo los pasos de Jesús.

Busca ayudar a encontrar el camino a Cristo y concientizar  cómo debemos afrontar las pruebas y dificultades para convertirlas en experiencias de vida que nos transformen y lleven a un acercamiento pleno de la comunión con Cristo, mostrando su proceso de dolor y viendo al mismo dolor como el camino de la redención en nuestras vidas.

Las meditaciones tratan de generar una visión realista del sufrimiento padecido por nuestro amado Señor, dejando de lado la interpretación moderna que ha dejado de evocar el real y verdadero proceso de martirio vivido por Nuestro Señor, brindando un acercamiento más profundo al cambio que debemos tener para ser seguidores de Su Camino,

Nos genera motivación para seguir Sus pasos y nos muestra una perspectiva de la vida actual del cristiano, cómo cambiar hábitos terrenales por hábitos espirituales para acercarnos a Dios y nos presenta el amor de nuestra Madre María, quien nos tiende Sus brazos y nos da consuelo.

Todos hemos ido trenzando su Corona de espinas

En un rato de silencio y de contemplación, hagamonos esta pregunta: ¿Y cuáles son esas espinas? ¿Cuáles son los nombres de esas espinas?

1.. La espina del «olvido de Dios».

2 La espina del «desamor»

3. La espina de las «manos vacías»

4. La espina de los «juicios temerarios y de las críticas destructivas»

5. La espina de la «incoherencia de Sus Hijos»

6. La espina de la «falta de apostolado»

7. La espina de «la traición»

Diferentes Fiestas de la Corona de Espinas

«La primera fiesta en honor de la corona de espinas (Festum susceptionis coronae Domini) fue instituida en París en 1239, cuando San Luis trajo una pequeña reliquia de La Corona, la cual fue depositada en la capilla real, erigida en 1241-8 para guardar ésta y otras reliquias de la pasión. La fiesta, celebrada el 11 de agosto, al principio fue reservada solamente a la capilla real, pero fue observándose gradualmente en todo el norte de Francia. En el siguiente siglo, se instituyó otra fiesta de la Santa Corona, que fue celebrada el 4 de mayo, junto con la fiesta de la Santa Cruz, en partes de España, de Alemania y Escandinava. Esta fiesta todavía se conserva en varias diócesis españolas y es observada por los Dominicos el 24 de abril. Clemente X (1676) e Inocencio XI (1689) concedieron a la diócesis de Freising en Bavaria celebrar una fiesta especial en honor a La Corona de Cristo el lunes después del domingo de la pasión. En 1766 fue celebrada en Venecia el segundo viernes de marzo. En 1831 fue adoptada en Roma como día mayor y se observa el viernes siguiente al miércoles de ceniza. Puesto que no se celebra en toda la iglesia universal, la misa y el oficio divino para esta celebración son colocados en los apéndices del Breviario y del Misal. Los himnos del oficio, son tomados del breviario Galiciano de Paris del siglo VII y fueron compuestos por Habert. El «Analecta hymnica » de Dreves y Blume, contienen un gran numero de oficios rítmicos, himnos y secuencias para esta fiesta» ROHAULT DE FLEURY, Instruments de la Passion (París, 1870); NILLES, Kalendarium manuale (Innsbruck, 1897); GROTEFEND, Zeitrechnung, II, 2, 88

Historia

Las espinas de La Corona de Nuestro Señor proceden del arbusto Zizyphus, de seis metros de altura, de tronco tortuoso del que brotan flores llamadas azufaifa y también espinas de seis centímetros de largo. Los emperadores de Bizancio, con el tiempo fueron despojando  La Corona de Espinas que obsequiaron a papas y monarcas, como sucedió con las ocho espinas que regaló la emperatriz bizantina Irene a Carlomagno, emperador romano-germánico. Desde que llegó a Francia, el rey San Luis distribuyó las espinas que quedaban, unas setenta, a las principales iglesias de Francia. Según cálculos conservadores, en nuestros días puede haber unas cien espinas esparcidas entre la cristiandad. En Roma se encuentran algunas en la Basílica de la Santa Cruz, en la Basílica de San Juan de Letrán, en la iglesia de San Marcos y en la iglesia de Santa Prassede. En España se encuentran en el Escorial, Barcelona, Montserrat, Tarazona y en el Monasterio cisterciense de La Santa Espina, en Valladolid. Algunas de estas espinas presentan tres especies de milagros que ocurren solamente cuando el Viernes Santo se celebra el 25 de marzo en coincidencia con la fiesta de la Anunciación del Señor, en lo que indicaría una estrecha relación entre el misterio de la Anunciación y el de la Pasión de Cristo. Estos milagros son de tres tipos: Reverdecimiento, cuando la espina se torna fresca y flexible como si estuviese en una planta viva; Florescencia, cuando la espina florece al surgir de ella una pequeña flor de color dorado o blanco o azul o verde; y Reviviscencia, cuando de la espina emana una gota de sangre, o bien cuando una gota anterior, que estaba seca, se torna roja y fresca. El primer relato de uno de estos milagros procede de 1633. Solamente en Italia hay 41 espinas milagrosas, de las que algunas se encuentran en santuarios de Bérgamo, Perugia, Bari y en la catedral de Andria, donde ocurrió recientemente el milagro, el 25 de marzo de 2016, testimoniado bajo observación con lupa por monseñor Raffaele Calabro, obispo de la diócesis de Andria.

Tomado de: https://periodismocatolico.com/2018/07/24/las-espinas-de-la-corona/

Reflexiones

Tertuliano, teólogo y Padre de la Iglesia, en una de sus meditaciones acerca de la coronación de espinas, entrega una reflexión que nos hace participar de aquel suplicio: “No fue saludado como rey de la gloria por los ángeles antes de ser promulgado en la cruz como Rey de los judíos. Si por estas cosas le tienes como cabeza tuya, en la medida que puedas debes corresponder por todo lo que te ha obtenido. Y no debes coronarte con flores, si no puedes hacerlo con espinas. Y puesto que no puedes coronarte con flores, mantente en gracia para Dios”.

LAS GOLONDRINAS DEL SEÑOR

Se dice en un viejo cuento

que, al rendir el Salvador

su dulce frente al dolor

de su amargo sufrimiento,

como se rinde una flor

que troncha al pasar el viento;

cantando a la cruz llegaron

unas cuantas golondrinas,

y dulcemente arrancaron

las zarzas y las espinas

que los sayones clavaron

sobre las sienes divinas…

Y al ver hoy estas edades

llenas de vanas torpezas,

y de míseras ruindades

y mentirosas grandezas,

pregunto yo, con dolor,

si el mundo falso y traidor,

al irse las golondrinas,

no ha vuelto a llenar de espinas

la frente del Salvador…

De espinas, sí, de rencores;

de ingratos apartamientos,

de hipócritas fingimientos;

de mentirosos amores;

espinas, más engañosas

porque se ocultan en rosas

de mil fingidas virtudes;

espinas de ingratitudes

que son las más dolorosas…

¡Que no hay puñal que taladre

con tanta fuerza y dolor

como la espina que a un padre

le clava un hijo traidor…!

Así el mundo pecador

hiere las sienes divinas

del Divino Redentor…

¿Y no habrá ya golondrinas

para arrancar las espinas

de la frente del Señor?

Sí: en esta Casa han oído

unas almas tus querellas;

esta Casa que ha seguido,

como una esclava, tus huellas,

quiere, Señor, ser un nido

de golondrinas de aquellas…

Mientras el mundo, burlando

vaya en tu frente clavando

sus zarzas y sus espinas

¡nosotras, tus golondrinas,

te las iremos quitando!

Tendrás por cada escondido

puñal que tu pecho clava,

un pecho de pena herido;

un amor por cada olvido;

por cada ingrato una esclava;

por cada abandono un nido;

un bien por cada dolor;

por cada infiel pecador

un alma buena y cristiana;

y una lágrima de amor

por cada risa mundana.

Y así, cada golondrina,

tus heridas al curar,

sabrá, Señor, despertar

en tu alma grande y divina,

tanto amor… ¡que aun va a sobrar

amor para perdonar

al que te clave la espina!

Por: José María Pemán

LEYENDA DE LAS GOLONDRINAS QUE AYUDAN A SACAR ESPINAS DE LA FRENTE DE JESUS

Tinta en sangre una paloma en mi huerto se ha parado.

Yo le dije: «¿Por qué sangras, blanca paloma del campo?“

“Vi pasar al Nazareno con el madero arrastrando, y con mis alas la sangre de sus sienes he enjuagado”.

Le dije a la golondrina que en mis rejas se ha parado:

“¿Qué rama de coral traes entre tu pico colgando?”

“No es coral. Es una espina que en la cumbre del Calvario he arrancado de las sienes de Jesús crucificado”.

¡Golondrinas y palomas, nadie debiera mataros, porque enjugasteis la sangre de Jesús Crucificado!

FRANCISCO VILLAESPESA \ ANDALUCÍA POESÍAS SEGUNDA EDICIÓN:::::::: mcmxiii:::::::: MADRID. IMPRENTA HELÉNICA. PASAJE DE LA ALHAMBRA, 3 SENTENCIAS Y DECIRES

Santa Catalina de Siena:

En una visión, Jesús se le presentó con dos coronas, una de oro y otra de espinas, ofreciéndole elegir con cuál de las dos se complacería. Ella respondió: “Yo deseo, Oh Señor, vivir aquí siempre conforme a tu pasión, y encontrar en el dolor y en el sufrimiento mi reposo y deleite.” Luego, tomando ansiosamente la corona de espinas, se la colocó sobre la cabeza.

Santa Bernardita Soubirous:

Dios regala su propia corona de espinas a sus amigos. 

Santa Teresita del Niño Jesús:

No te aflijas por no sentir ningún consuelo en tus comuniones. 

Es una prueba que hay que soportar con amor. 

No pierdas ni una sola de las espinas que encuentres a diario:  ¡con una sola de ellas puedes salvar un alma…! 

Acto de contrición

Dios mío, me arrepiento de todo corazón, de todos mis pecados y los aborrezco.

Señor Jesucristo agonizante, Tu que sufriste el escarnio de la Corona de Espinas y que con Tu sufrimiento pagaste por nosotros, perdona mis pecados.

Te suplico, Padre de Amor, que generes en mí el interés para seguir Tus pasos, que generes en mí los interrogantes que me lleven a la comprensión de Tu voluntad, que generes en mí la pasión por estar en Tus caminos.

Permíteme Señor tener un acercamiento a Ti, que no se aleje nunca mi corazón de Tus caminos y que busque siempre ser como Jesús Tu hijo amado, que mi corazón se llene de Tu gracia, para dejar de lado el rencor y el odio, para dejar de ver en otros lo que no veo en mí. Ayúdame a tener un corazón compasivo y humilde, semejante al de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración para todos los días

A Ti, Señor Jesucristo, Hijo de Dios, dado a los hombres como salvación y perdón de nuestras transgresiones, a quien he hecho sangrar con mis pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión, a quien con mis hechos he perpetuado la agonía de las espinas en Tu frente y con mi errado andar sigo dejando brotar de Tu sien la santa sangre. Me arrepiento de mis pecados, de las veces en las que le doy mas importancia a mis redes sociales que a Ti, de las veces en las que no Te doy las gracias al despertar porque en mi mente solo está levantarme y ver mi celular. De mi pensar errado cuando creo que compartiendo una imagen o una  oración en las redes sociales es suficiente tiempo para Ti. De dejar que malos deseos invadan mi mente y manchen mi camino hacia Ti. Cuando compro por acumular y moda. Cuando en la calle no  veo Tu rosto en el necesitado. Ayúdame a ser como las golondrinas que de Tu frente las espinas sacaron. Ayúdame a no sentir estos deseos mundanos con los que coloco una corona de espinas en Tu sien y quita de mí los pensamientos impuros que me hacen con ellos clavarla en Tu frente. Dame las herramientas para luchar contra los bajos deseos, con la envidia a mi prójimo y los pensamientos que no me lleven a Ti. Te ofrezco con humildad mi ser, me humillo ante Ti prometiéndote cargar la cruz a Tu lado, déjame pasar Tu dolor, dolor que me transforme, que me cambie, que me purifique como se purifica el oro al pasar por el fuego.  Con mi humilde compromiso quiero retirar de Tu frente las espinas, cambia mi mentalidad, dame fortaleza cuando mis fuerzas sean pocas ante la tentación y mi mente decaiga. Transfórmame para vivir en equilibrio mi espiritualidad y mi cercanía a Ti con mi diario vivir. Renuévame para que  con mi nuevo ser pueda curar las heridas que Te causé. Para que con mi nuevo pensar pueda limpiar Tu frete y perfumar Tu rostro al caminar en el camino del bien.  Para que con mi moral pueda exaltarte y poner en Tu frente una corona de oro que te ofrezco con amor. Amen.

Oración final

Señor Jesucristo a quien ultrajaron y burlaron, a quien atacaron con todo tipo de desprecios e ignominiosos escarnios, pido, bajo Tu Infinita Misericordia e Inagotable Bondad que a todos los presentes en esta novena y a todos Tus hijos, nos ayudes a cambiar nuestro camino, por un camino recto, dirigido a Ti. Danos las herramientas y la fortaleza para transformar nuestro pensamiento, aléjanos de las tentaciones, ayúdanos a pasar cada prueba que se nos presente para con ello acercarnos cada día más a Ti. Transforma nuestras almas, nuestro pensar y danos la sabiduría para equilibrar la cotidianidad terrenal con nuestra devoción para contigo. Acompáñanos Señor en el sendero que nos conduce a la Gloria Eterna en la que estaremos con El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Gozos

Coro

A Ti Altísimo y Grande

A quien humillaron sin fin

Ten misericordia de todos

Hoy Te quiero servir

Por mis pecados padeciste escarnio

Y Tu frente por mí sangró,

Transforma mi alma perdida

Llévame a ti Señor.

Esa corona de espinas

De Tu frente quiero cambiar

Por guirnalda de rosas perfumadas

Que colocaré con mi actuar.

Rey coronado de espinas,

Reina en las artes y ciencias,

En las letras, en las leyes,

Los vasallos y los reyes

Los sentidos y potencias;

Reina en todas las conciencias,

Oh Rey consolador

¡Viva, viva  Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor!

No quiso el pueblo judío

Tener por rey a Jesús,

Y le puso por corona espinas de gran dolor,

En su loco desvarío.

Rey eres, oh Cristo mío,

A los reyes superior,

¡Viva tu corona de gloria!

Pon en mí la corona del amor.!

Oh glorioso Señor

Que con humildad aceptaste

sufrir tu frente y costado

A causa de mis pecados

Tu cabeza llena de escarnios

Han dejado por mí

Permíteme ser un bálsamo Que alivie Tu sufrir.

Por la corona de espinas sufriente

con la cual fue coronado

Con Su rostro sangrante

Con Su rostro desfigurado

Ten piedad de mí oh Dios te pido

Ten piedad oh soberano

Déjame caminar contigo

Para estar a Tu lado

Aunque por el fuego tenga

Que pasar al ser purificado

Aunque sufra en el proceso Quiero ser renovado.

A ti todo poderoso

Gracias por escuchar mi súplica

Gracias por perdonar mi alma

Por tu misericordia infinita.

Primer día

Matrimonios felices

«Pues su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los concibió, cuando decía: «Me iré detrás de mis amantes, los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.» .Por eso, yo cercaré su camino con espinos, la cercaré con seto y no encontrará más sus senderos; perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los hallará. Entonces dirá: «Voy a volver a mi primer marido, que entonces me iba mejor que ahora.»»
El matrimonio, como una unión de amor entre dos personas, debe buscar siempre el crecimiento mutuo.

Los matrimonios felices no son felices sin las dificultades, es el pasar juntos sobre esas dificultades y desdichas lo que dicta un matrimonio feliz, es la ayuda entre ambos, que ahora son una sola carne, lo que refleja el amor, es el pasar pruebas juntos lo que solidifica la unión.

No puede ser tu esposa o esposo la corona de espinas que sangre tu frente, no debe ser tu esposa o tu esposo la que clave con sus hechos las espinas en la sien, ya que los dos son una misma carne, un mismo espíritu a los ojos de Dios.

Cuánto sangra El Señor cuando el amor y el sacramento se ve destruido por los deseos mundanos, por la codicia, por la lujuria, por el poco valor dado a la relación bajo la concepción modernista del divorcio, el matrimonio, mas que un documento firmado en la tierra es un pacto ante los ojos del Altísimo, es un pacto de amor, de fidelidad mutua, de permanencia mutua, de perseverancia mutua.

Los matrimonios felices se despiertan con un beso y nunca van a la cama en conflicto, no es solo la apariencia de la felicidad lo que debe haber, no es solo que miren en fotos una bonita relación, es que en la comunión diaria haya ese amor prometido en el altar.

Nuestras mentes deben cambiar, nuestros pensamientos deben cambiar, siempre pensando en que el bien del uno será el bien  de ambos, solidificando su amor en la confianza, en el respeto, apartando la ira y el descontrol, eliminando las palabras llenas de amargura, que aunque se usen sin intención, dañan a tu pareja.

Los matrimonios felices obtienen la fuerza de Dios. La paz conyugal debe ser siempre un buscar y encuentro mutuo, ya que con ello se solidifican para tener una familia en comunión con Dios.

Segundo día

Cómo afrontar y vivir cada acontecimiento, sobre todo el sufrimiento, la dificultad y la persecución.  renovando Y madurando, día a día en las pruebas.

«Y por eso, para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte.» 2ª Corintios 12: 7-10

El sufrimiento es algo inherente al ser humano. Todos los hombres han sufrido, sufren o sufrirán por algo. Ricos y pobres, jóvenes y mayores, varones y mujeres. Pero la diferencia está en que para los cristianos el sufrimiento es redentor y salvífico, –tiene un sentido; solo tenemos dos opciones a escoger: 1. Podemos pretender ignorarlo ó 2. Reconocerlo, aprender y crecer.

Tenemos derecho a llorar, a estar tristes y hasta enfadarnos por las cosas que nos pasan, pero luego del desahogo debemos pedir el consuelo y tomar la enseñanza de ello. Las pruebas que pasamos traen bendiciones consigo y no hay mas fiel ejemplo de ello que Job.

Los cambios en el mundo han traído consigo devastación, hambruna, desesperanza y llanto en la humanidad. Cada día vemos por la televisión personas que piden refugio de una guerra, familias que pierden a los suyos a causa de una pandemia, economías que caen, y aun así  teniendo techo, comida y salud, creemos que nuestros problemas no tienen solución, cuando basta solamente con esperar lo que Dios ira a hacer en nuestras vidas.

El dolor es fértil cuando se lo ofreces a Dios y te entregas a Él con todo lo que tienes. Este acto de entrega te ayuda a identificarte con Cristo de una manera imposible de lograr en otra situación. Debemos reconocer la dificultad y el sufrimiento como parte de lo que debemos atravesar para ser renovados y transformados. El sufrimiento no cambia, pero cambia el corazón de quien lo padece, renovando las fuerzas de quien lo sufre y fortaleciendo la debilidad de quien ha caído.

Tercer día

¿Por qué os  burláis del reinado de cristo en tu vida?

«No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos.» Gálatas 6: 7-9

Todo lo que se siembra se cosecha, y en mayor proporción a lo sembrando en un tiempo diferente a la siembra, sea bueno o malo, por tanto debemos asegurarnos estar sembrando una vida que agrade a Dios y no una vida que coseche la condenación eterna.

Entendiendo que lo que seremos mañana será debido a las decisiones que tomamos cada día. Podemos cambiar si no nos gusta lo que somos hoy. Podemos venir a Cristo y Él nos ayudará a hacer de Él, El Señor y Salvador de nuestras vidas, porque lo que sembramos cosechamos.

Hoy estamos viviendo un panorama dentro del pueblo de Dios que promueve y hace parecer que la palabra de Dios se utilice a nuestra conveniencia, abandonando la realidad de las enseñanzas bíblicas,  asemejándose a lo ocurrido con los Gálatas. Dios no puede ser burlado, no podemos hacer parecer lo malo por bueno y lo bueno por malo. El camino para ir al Padre es Cristo y seguir los pasos de Jesús es la manera de llegar a Él.

Debemos pedir la fuerza que nos ayude a permanecer firmes en el propósito, y a no dejarnos engañar por ningún maestro que use la enseñanza de su «librito», porque Dios, el Señor, no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Cuarto día

Tener la mente de Cristo

«Porque ¿quién conoció la mente del Señor para instruirle? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.» 1ª de Corintios 2: 16

Se ha perdido la lectura de la Biblia a causa de dejarnos llevar por los avances tecnológicos mal infundados, ¡ya no leemos!, ¡nos da pereza!; tanto así, hemos dejado de tener la mente de Cristo.

La manera en como convertimos nuestra mente terrenal a una mente de Cristo es a través de la palabra, de la lectura de las Sagradas Escrituras, de escudriñar en ella, – así llegamos a Dios.

Al tener la mente de Jesús tenemos un pensamiento por encima de esta vida, por encima de las ambiciones y banalidades terrenales. La Biblia es uno de los métodos de Dios para hablarnos a través de ella y  aconsejarnos cómo vivir de acuerdo a Su Voluntad, para establecer sus diseños celestiales en nuestras vidas – cómo debemos actuar y pensar, tal cual como Él lo hace.

No podemos dejar que nuestra mente se nuble bajo un razonamiento propio, infundado por las modas de hoy en día, no podemos dejar que nuestra mente se llene solo de la banalidad que nos ofrece el mundo, más hoy con la televisión, la moda, la fama, las redes sociales, que nos mantienen atados a nuestras ilusiones terrenales que nos llevan al pecado.

Tener la mente de Cristo es saber lo que Él espera de nosotros y procurar hacerlo, porque no vivimos nosotros si no que Cristo vive dentro de nosotros – en nuestro actuar, en nuestro pensar, en nuestro ser.

Para tener una mente de Cristo  debemos saber cómo reaccionar ante las pruebas y tentaciones, tenemos que ser prudentes al hablar, debemos estar conscientes de que todo tesoro terrenal es pasajero, por lo tanto no nos aferramos a las cosas terrenales y materiales.

Debemos tener una mente humilde, una mente pura, una mente recta, una mente de oración y servicio.

Quinto día

El verdadero reinado Cristo lo quiere instaurar en la conciencia, en el corazón y en la vida de los hombres. Ese es el único reinado de Cristo, es su única victoria.

«Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.» Juan 15: 13-15

El Señor fue Coronado de Espinas como burla suprema. El único Rey Verdadero, digno del mejor trono, recibió una Corona hecha de Espinas. El mundo quiso hacer de Él una mueca de realeza, y Jesús calló. No hace falta el reconocimiento del mundo para que Él sea coronado como Rey del Universo, sólo Su silencio y la humildad acompañan la burla del hombre. La Corona representó la inutilidad de toda vanidad humana, de las premiaciones y condecoraciones del mundo, del culto a la imagen. Jesús nos invitó así a reconocer la Verdadera Realeza, la que proviene del amor, de la sencillez, de la humildad, al mostrarse a nosotros Coronado como el Rey más pobre, el más despojado de toda solemnidad terrenal.

Cristo quiere instaurar Su reino también en nuestro corazón y vida pero para ello debemos abrirnos a eso, debemos ceder ante el llamado del Señor, debemos darle un cambio a nuestra mentalidad y transformar nuestras vidas.

Es preciso saber que cuando Cristo reina en nuestros corazones, nuestros actos lo reflejan, alabamos al Señor con gozo, llevamos Su mensaje, transmitimos Su amor para con nuestros prójimos y ponemos en práctica sus enseñanzas.

Cuando Cristo se instaura en nuestro corazón, no tenemos envidias de los bienes del hermano, no sentimos la necesidad de ser más que nadie, ni aparentar algo que no somos para agrado de la sociedad como se vive hoy día, por que se ha instaurado un reinado de humildad y de paz en nuestras  vidas.

Sexto día

Retribuir con hechos y gloria el sufrimiento de cristo por nosotros es un deber cristiano

«Así como se asombraron de él muchos – pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana – «. Isaías 52: 14

Cuánto seguimos lastimando el corazón y cuerpo de Cristo con nuestro hacer y con nuestro actuar. La modernidad nos ha hecho ver “menos sufrido” lo que padeció El Señor por nosotros. Creemos que lo que vemos en las películas es lo que en verdad pasó y olvidamos lo que en realidad está escrito en las escrituras que nos describen el sufrimiento real por el que Jesús pasó, la Corona de Espinas en su frente, los latigazos, la infamia y el sacrificio de Cruz que vivió por nosotros.

En esta era moderna es hora de recordar cuánto debemos al Señor, cuánto mas entregados y comprometidos debemos ser, reconociendo qué inmerecedores somos de tan grande sacrificio.

No podemos aceptar como “normal” Su sufrimiento. Si tuviéramos la gracia de poder ver nuestro cuerpo cuando hay pecado estaríamos peor que Jesus cuando murió en la cruz; Inreconocibles, desfigurados, sin sentidos, y sin vida. Al recordar al Señor Jesús, pensemos que fue nuestro pecado lo que causo y causa  Sus sufrimientos en la cruz y en esa misma medida debemos tener el compromiso de cambiar nuestro pensamiento, para no seguir prolongando ese dolor.

Para agradar a Jesús, necesitamos tener mas comunión con Él, identificarnos con Él, acercarnos a Su sufrimiento, saber que nuestro valor para Él es tanto, que padeció todo esto por nosotros y debemos buscar agradarle en nuestro vivir, en nuestro actuar y pensar.

Necesitamos transformar nuestras vidas porque es parte del proceso del cristiano para retribuir a Jesús lo que ha hecho por nosotros, y todo esto lo encontramos a través de la oración, la lectura de la palabra, guardando los mandamientos, siguiendo Sus pasos para un día ser merecedores de estar junto a Él en  presencia del Padre.  Porque nadie puede amar a dos Señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o apreciará al uno, y menospreciará al otro; porque lo que no se asume no se redime.

Séptimo día

Como fieles seguidores del rey

«Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.» Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»» Juan 18: 36-37

En esta época tan confusa en la que el mensaje de Jesús es tan mal entendido, es necesario examinar lo que la Biblia dice sobre el llamado a seguirlo.

Para ser fieles seguidores del reino de Cristo, que no es un reino terrenal, debemos negarnos a nosotros mismo aunque esta no sea una idea contemporánea ya que todos buscamos encontrarnos a nosotros mismos, encontrar el héroe que hay dentro de nosotros pero esto solo es de este reino terrenal.

Debemos comprender que no se trata de encontrarnos, ni conocernos, ni amarnos a nosotros mismos, sino de negarnos. Una vida de abnegación es una vida que pone la Gloria de Dios sobre el placer propio, si por placer voy a ofender a Dios, entonces debo abstenerme del mismo para Glorificar a Dios. Esto difiere totalmente del mundo de sueños que muchas veces nos quieren vender al hablar del cristianismo ya que no es fácil ser un siervo fiel seguidor de Cristo porque debemos vivir contrario a la corriente del mundo.

El mundo no te odiará si amas lo que el mundo ama. Pero si odias aquello que el mundo ama y vives a contracorriente, el mundo te odiará; Esa es la bienaventuranza más dura quizás. El Señor dice que somos bienaventurados cuando el mundo nos detesta y nos persigue por Su causa (Mateo 5: 10–12). Esa es la cruz que debes llevar; debes experimentar el oprobio del mundo contrario a Dios. Debes recibir las burlas del mundo cuando tus valores y principios no se ajustan a la corriente del momento, pero es parte esencial de tu vida como un seguidor de Jesús.

Todo esto padeció Jesús por no ir en la corriente de lo que el mundo hacía y es lo que debemos hacer nosotros para agradar a Jesucristo.  Nuestra recompensa no será terrenal si no que nos recompensará en Gloria en el Cielo, al lado de Dios y Sus Santos.

Octavo día

Una renovación interior que nos encamine a la voluntad de Dios

«Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. » Romanos 12, 2

Debemos ser un sacrificio vivo que no se adapta, si no que se transforma al no conformarnos con lo que nos presenta este mundo.  Como no creyentes, estábamos naturalmente conformados al mundo, pero  como creyentes debemos afrontar nuestra espiritualidad y traerla al plano terral con nuestros actos.

En pleno siglo XXI donde las apariencias priman en la sociedad, el cristiano que busca una renovación para seguir la Voluntad de Dios debe enmarcarse bajo los principios del amor, la caridad, la piedad, la compasión y la justicia tensionado por un deseo de perfección, de mejorar, mas no de ser el mejor, tratando de conformar a la sociedad bajo las exigencias del evangelio, se reconoce a si mismo en otros, viviendo su vida sin confundirse con delirios de perfección, no puede ser un fanático que no dude, ni un escéptico que no cree.

Es cierto que con el tiempo todo cambia, que la vida se vive de otra manera según la época, pero Dios es firme, es fiel, no cambia, Él permanece, así como lo que Él quiere para nosotros. No se trata de vivir una vida en la era pasada pero sí una vida moderna que adapte todas las doctrinas estipuladas por Dios para buscar mejorar cada día.  Dios es siempre un Eterno Presente y quiere que nosotros también vivamos nuestra vida un día a la vez.

Una renovación interior nos acerca a Dios, aunque nos cueste, aunque suframos en el proceso, aunque tengamos que sentir la persecución, es parte de la transformación que Dios nos propone hacer para encaminarnos hacia Su Divina Voluntad.

Dia noveno

María madre de Jesús que sintió su dolor, dolor de esas espinas traspasando su frente. como madre nuestra siente nuestro sufrimiento, nuestras pruebas, pero sabe que a través de ellas seremos llevados a un estado de transformación espiritual y acercamiento a Dios.

«Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! – a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»» Lucas 2, 34-35

Un corazón dolorido recibe un encargo que requiere la entereza de un corazón fuerte: amar a cada persona de este mundo como ha amado a Jesús. Un corazón traspasado por el dolor de las siete espadas recibe la corona de rosas. Fragancia, belleza, suavidad, amor, son pensamientos que nos llegan de improviso a la mente cuando pensamos en rosas. Pero muchas veces olvidamos uno: las espinas. No hay rosa sin espinas.
María sabía esto, pero aún así recibió la corona porque al ver el corazón de su Hijo coronado con espinas no podía Ella querer menos que ser coronada también con espinas, aunque escondidas tras la fragancia del amor.

Bajo esta concepción del Amor Maternal, María, aunque también sintiendo nuestro dolor como Madre de Todos, nos consuela y alienta a pasar por ese proceso de renovación espiritual, de cambio de mentalidad y acercamiento a Dios, nos conduce diciéndonos, estoy a tu lado, soy un soporte para ti en la prueba, si he de llorar contigo lo haré y te acompañaré.

Ella es nuestro consuelo en la angustia, es una dulce caricia en momentos de persecución y es nuestra mas grande admiradora en el momento de librar la batalla, está ahí si caemos, nos levanta y nos alienta a seguir adelante. Quien ha experimentado el dolor, el sufrimiento, el fracaso, la perdida y la agonía de la muerte, sabrá apreciar noblemente  y con prudencia la renovación de su propia vida interior.